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miércoles, 24 de agosto de 2011

Los Celos. Osho

¿ QUÉ SON LOS CELOS Y POR QUÉ 
 DUELEN TANTO ? OSHO

Los celos son comparación. Y se nos ha enseñado a comparar, hemos sido condicionados para comparar, para comparar siempre. Otra persona tiene una casa mejor, otra persona tiene un cuerpo más hermoso, otra persona tiene más dinero, otra persona tiene una personalidad más carismática. Compara, sigue comparándote todos los que pasan por tu lado y el resultado serán los celos; son el subproducto del condicionamiento de comparar.

De otra forma, si dejas de comparar, los celos desaparecen. Entonces, simplemente sabes que tú eres tú y que no eres nadie más y que en es necesario. Es bueno que no te compares con los árboles, de otra forma comenzarás a sentirte muy celoso: ¿ Por qué no eres verde ? ¿ Y por qué Dios ha sido tan duro contigo – y no con las flores ? Es mejor que no te compares con los pájaros, con los ríos, con las montañas; de otras forma sufrirás. Tú sólo te comparas con los seres humanos, porque has sido condicionado a compararte sólo con los seres humanos; no te comparas con los pavos reales ni con los loros. De otra forma, tus celos serían cada vez más grandes: estarías tan cargado de celos que no serías capaz de vivir en absoluto.

La comparación es una actitud estúpida, porque cada persona es única e incomparable. Una vez que este entendimiento se asienta en ti, los celos desaparecen. Cada uno es único e incombustible. Tú eres sólo tú mismo: nadie nunca ha sido como tú y nadie será nunca como tú. Y no necesitas ser como los otros tampoco. Dios crea sólo los originales; no cree en las copias.

Un grupo de gallinas estaba en el patio cuando una pelota voló sobre la reja y aterrizó entre ellas. Un gallo se contoneó, la estudió, luego dijo: “ No me estoy quejando, chicas, pero miren lo que están haciendo en el vecindario.”

Al lado están sucediendo grandes cosas: el pasto es más verde, las rosas son más rosas. Todos parecen estar tan felices – excepto tú mismo. Estás continuamente comparando. Y lo mismo sucede con los otros, también están comparando. Quizás ellos piensan que el pasto en tu césped es más verde – siempre parece más verde desde la distancia – que tienes una esposa más hermosa... Estás cansado, no puedes saber por qué te has dejado atrapar por esta mujer, no sabes cómo deshacerte de ella – y el vecino puede estar celoso de ti, porque tienes una esposa tan hermosa. Y tú puedes estar celoso de él... Todos están celosos de todos. Y a partir de los celos creamos un tremendo infierno y debido a los celos nos volvemos muy mezquinos.

Un campesino viejo estaba contemplando de mal humor los estragos de la inundación:
  • “Hiram!” le gritó al vecino, “tus cerdos fueron todos a dar al arroyo.”
  • “¿ Y los cerdos de Thompson?” preguntó el campesino.
  • “Cambien”.
  • “¿ Y los de Larsen?”
  • “ Igual.”
  • “Uff!” masculló el campesino, alegrándose. “ No ha sido tan malo como pensaba”.

Si todos están en miseria, se siente bien ; si todos están perdiendo, se siente bien. Si todos son felices y tienen éxito. El sabor es muy amargo. Pero, ¿ por qué la idea del otro entra en tu cabeza en primer lugar?. Nuevamente permiteme recordarte: porque no has permitido que tu propia savia fluya; no has permitido que tu propia dicha crezca, no has permitido que tu propio ser florezca. De ahí que te sientas vacío por dentro y mires el exterior de cada uno porque sólo se puede ver el exterior.

Tú conoces tu interior y conoces el exterior de los otros: eso crea celos. Ellos conocen tu exterior y ellos conocen su interior: eso crea celos. Nadie más conoce tu interior. Allí sabes que no eres nada, no vales nada. Y los otros en el exterior miran sonriendo. Sus sonrisas pueden ser falsas, pero ¿ cómo puedes saber que son falsas ? Quizás sus corazones también están sonriendo. Tú sabes que tu sonrisa es falsa, porque tu corazón no está para nada sonriendo, puede estar llorando y lamentándose.

Tú conoces tu interioridad y sólo tú lo sabes, nadie más. Y conoces el exterior de todos y las personas han hecho hermoso su exterior. Los exteriores son de exhibición y son muy engañosos.

Hay una antigua historia Sufi:
Un hombre estaba muy apesadumbrado con su sufrimiento. Solía orar todos los días a Dios, “¿ Por qué a mi ? Todos parecen ser tan felices, ¿ por qué estoy yo en este sufrimiento ?”. Un día, con gran desesperación, rezó a Dios diciendo, “ Puedes darme el sufrimiento de cualquier persona y estaré listo para aceptarlo. Pero toma el mio, no puedo soportarlo más.”
Esa noche tuvo un sueño hermoso y muy revelador. Soñó esa noche que Dios aparecía en el cielo y le decía a todos, “Traigan todos sus sufrimientos al templo.” Todos estaban cansados de su sufrimiento – de hecho todos han orado en un momento u otro, ·” Estoy listo para aceptar el sufrimiento del otro, pero toma el mío; es demasiado, es insoportable.”
Así que todos metieron sus sufrimientos en bolsas y los llevaron al templo y parecían muy felices; había llegado el día, su oración había sido escuchada. Y este hombre también corrió hacia el templo. Y entonces Dios dijo, “Coloquen sus bolsas en las paredes.” Se colocaron todas las bolsas en las paredes y luego Dios declaró: “ Ahora pueden elegir. El que quiera puede tomar cualquier otra bolsa.” Y lo más sorprendente fue esto: que este hombre que había estado siempre orando, ¡ corrió hacia su bolsa antes que alguien pudiera elegirla ! Pero ocurrió una sorpresa para él,porque todos corrieron a su propia bolsa y todos estaban felices de elegirla nuevamente. ¿ Cuál fue el asunto ? Por primera vez, cada uno había visto las miserias de los otros, los sufrimientos de los otros – sus bolsas eran tan grandes o incluso más grandes.
Y el segundo problema era, que uno estaba acostumbrado a sus propios sufrimientos. Ahora, elegir los de otro . ¿ quién sabe qué tipo de sufrimientos habrá dentro de la bolsa? ¿ Por qué molestarse ? Por lo menos estás familiarizado con tus propios sufrimientos y te has acostumbrado a ellos y son tolerables. Por muchos años los has tolerado - ¿ para qué elegir lo desconocido ?.
Y todos se fueron a cas felices. Nada había cambiado, estaban cargando el sufrimiento de nuevo, pero todos estaban tan felices y sonriendo y alegres que podían recuperar su propia bolsa.
En la mañana oró a Dios y dijo, “ Gracias por el sueño. Nunca pediré de nuevo que cambies mis sufrimientos. Cualquier cosa que me hayas dado es buena para mi, debe ser buena para mi; es por eso que me la has dado.”

Debido a los celos, estás en constante sufrimiento; te vuelves mezquino con los demás. Y debido a los celos comienzas a volverte falso, porque comienzas a aparentar. Comienzas a aparentar que tienes cosas que no tienes, comienzas a aparentar que tienes cosas que no puedes tener, que no son naturales para ti. Te vuelves más y más artificial. Imitando a los otros, compitiendo con los otros, ¿ Qué más puedes hacer ? Si alguien tiene algo y tú no lo tienes y no tienes una posibilidad natural de poseerlo. Lo único que puedes hacer es tener algún sustituto barato.

El hombre celoso vive en el infierno. Deja de comparar y los celos desaparecerán, la mezquindad desaparece, la falsedad desaparece. Pero sólo la puedes soltar si comienzas a cultivar tus tesoros internos; no hay otra forma.

Crece, conviértete en un individuo más y más auténtico. Ámate y respétate tal y como Dios te ha creado e inmediatamente las puertas del cielo se abren para ti. Ellas están siempre abiertas, tú simplemente no las habías mirado.


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